El transporte público de Nuevo León enfrenta un nuevo y desafiante problema. Los camiones verdes, que fueron adquiridos por el gobierno estatal para mejorar el servicio de transporte urbano, ahora representan una carga crítica debido a las constantes averías que han dejado fuera de circulación a cerca del 20% de estas unidades, según informó el Secretario de Movilidad de Nuevo León, Hernán Villarreal. Esto equivale a entre 300 y 400 camiones detenidos en talleres para reparaciones o mantenimiento. La situación ha creado serias dificultades para miles de usuarios que cada día dependen del transporte público, quienes han experimentado retrasos, largas esperas y un servicio en deterioro.
Los camiones, aunque fueron concebidos para renovar la flota y ofrecer una alternativa más eficiente y sustentable en el área metropolitana de Monterrey, han comenzado a presentar fallas que los han llevado a permanecer estacionados en talleres. De acuerdo con mecánicos y personal de mantenimiento, estos vehículos requieren piezas que deben importarse, lo cual prolonga el tiempo de reparación, dejando a los usuarios sin el servicio prometido. A medida que estas unidades siguen fuera de operación, el gobierno ha intentado reducir el porcentaje de camiones en reparación con la meta de llegar al 10% para fin de año, aunque el objetivo aún parece lejano.
Problemas mecánicos y falta de piezas
Una de las principales complicaciones que enfrenta el transporte público en Nuevo León es la falta de refacciones para los camiones verdes, un problema que ha extendido el tiempo que estas unidades permanecen fuera de servicio. Los mecánicos responsables de reparar los vehículos han explicado que las piezas necesarias para restablecer el funcionamiento no se encuentran disponibles en el mercado local y deben ser solicitadas a distribuidores en el extranjero. Esta situación ha generado un colapso en los talleres, donde algunos camiones llevan hasta dos meses esperando las partes necesarias para ser reparados.
Además, la falta de piezas ha llevado a una práctica que recuerda a los “yonques”, donde las unidades inservibles se utilizan como fuente de piezas para reparar otros vehículos. En la terminal de Ecovía en Guadalupe, por ejemplo, se reporta que al menos dos camiones verdes están siendo desmantelados para obtener refacciones y así mantener en circulación a otras unidades. Este proceso, que normalmente se realiza en situaciones de extrema necesidad, pone en evidencia la precariedad de los recursos y la falta de planificación en la compra de estos vehículos.
Los propietarios de talleres también han expresado su preocupación por la lentitud con la que se resuelven estos problemas, ya que la falta de refacciones no es la única dificultad. Algunos camiones chocados se mantienen en espera de piezas y mecánicos certificados, ya que no todos los talleres cuentan con personal capacitado para repararlos sin comprometer las garantías de los vehículos. Para estos empresarios, la situación podría empeorar si no se toma una medida urgente que permita mejorar la disponibilidad de refacciones y la capacitación técnica de los mecánicos.
Usuarios afectados por el deterioro del servicio
Los pasajeros del transporte público en Monterrey y otras zonas de Nuevo León han sido los más perjudicados por esta crisis. Diariamente, miles de personas dependen de estos camiones verdes para sus desplazamientos y han experimentado un servicio cada vez más deficiente. Las largas esperas y las unidades en mal estado son quejas frecuentes entre los usuarios, quienes deben enfrentar la incertidumbre sobre la disponibilidad del transporte para llegar a sus destinos.
Algunos ciudadanos han expresado su frustración por la falta de respuesta y acción por parte del gobierno estatal para resolver estos problemas. La pregunta de “¿Dónde está la respuesta del gobernador?” se ha vuelto común en conversaciones y redes sociales, especialmente ante la falta de soluciones inmediatas. A pesar de las promesas de reducir la cantidad de unidades en reparación al 10% antes de que termine el año, los pasajeros siguen enfrentando dificultades diarias para acceder a un transporte adecuado y confiable.
Ante el aumento de quejas y la presión social, las autoridades han intensificado los esfuerzos para mejorar la situación, pero la realidad en los talleres muestra una crisis en la que cada vez es más complicado cumplir con la demanda. De los 2,000 camiones verdes que se compraron con la intención de modernizar el sistema de transporte urbano, un porcentaje significativo continúa inactivo, generando un impacto directo en la calidad del servicio que reciben los ciudadanos.
Esfuerzos y limitaciones de la Secretaría de Movilidad
La Secretaría de Movilidad, bajo la dirección de Hernán Villarreal, ha reconocido la magnitud de esta problemática y ha señalado que se está trabajando para reducir el número de unidades en reparación. Según Villarreal, lo habitual en cualquier sistema de transporte es que aproximadamente el 10% de los vehículos estén en mantenimiento o en talleres, y confía en que Nuevo León podrá alcanzar esa meta antes de que termine el año.
Sin embargo, la falta de refacciones, el tiempo prolongado de espera en los talleres y la limitada disponibilidad de mecánicos certificados han complicado el panorama. Para la administración estatal, estos problemas reflejan una serie de limitaciones que deben ser atendidas de forma integral para evitar que esta situación se agrave y termine afectando aún más a la ciudadanía.
El Secretario también ha mencionado que algunos camiones necesitan ser llevados a agencias especializadas para recibir el mantenimiento adecuado, pero las listas de espera en estas instalaciones también son largas. En algunos casos, la espera para recibir atención puede extenderse hasta dos meses, lo que afecta directamente la disponibilidad de unidades en circulación y la calidad del servicio. La Secretaría de Movilidad está explorando diversas alternativas para reducir estos tiempos y garantizar que los camiones regresen a las calles lo antes posible, aunque el éxito de estas medidas dependerá en gran medida de la capacidad de los proveedores de refacciones y talleres locales.
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