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Refinería de Cadereyta: Un problema sin Solución5 min read

¿Por qué el gobierno estatal no ha hecho nada al respecto?
Cadereyta

La contaminación en Nuevo León sigue siendo un tema crítico para la salud pública, especialmente en la zona metropolitana de Monterrey, donde la calidad del aire ha alcanzado niveles alarmantes. A pesar de los compromisos del gobierno estatal para enfrentar este problema, la Refinería de Pemex en Cadereyta, señalada como la principal fuente de contaminación, sigue operando sin sanciones ni medidas concretas para mitigar su impacto ambiental. Tres años después de que el gobierno de Nuevo León identificara a la Refinería como la causante de la crisis de contaminación, la situación sigue sin resolverse, y las promesas de acción se han quedado en palabras vacías.

Gobierno estatal ha fallado en actuar

Desde que comenzó su mandato, el gobierno del estado ha señalado en múltiples ocasiones a la Refinería de Pemex como la principal responsable de la contaminación en la región. Sin embargo, a pesar de que la administración estatal ha declarado que tomará medidas para abordar esta problemática, no se ha logrado un avance significativo. La Refinería, ubicada en Cadereyta, sigue operando de manera impune, y las emisiones de contaminantes como el dióxido de azufre y las partículas PM2.5 continúan afectando la calidad del aire en Monterrey y sus alrededores.

La falta de acción efectiva por parte del gobierno estatal ha generado indignación en la sociedad, especialmente porque existen herramientas legales que permitirían investigar y sancionar a la Refinería. Aunque se obtuvo un amparo que permite al estado realizar inspecciones, no se ha llevado a cabo ninguna acción concreta para frenar la contaminación que emite la planta. Esta omisión por parte de las autoridades deja en evidencia la falta de voluntad política para enfrentar una de las principales amenazas ambientales del estado.

La Refinería sigue sin sanciones significativas

La Refinería de Pemex en Cadereyta ha sido vinculada a numerosos episodios de contaminación en la región, como el ocurrido el lunes pasado, cuando un fuerte olor a azufre afectó a varias colonias de la zona metropolitana. Este fenómeno no es nuevo; en los últimos tres años, varios incidentes similares han sido reportados, pero la planta de Pemex ha quedado impune en todos los casos. A pesar de las graves consecuencias para la salud de los ciudadanos, el gobierno estatal no ha logrado implementar sanciones efectivas que obliguen a la Refinería a tomar medidas para reducir sus emisiones.

El 2024 ha sido señalado como el año con la peor calidad del aire en los últimos cinco años, y la Refinería sigue siendo la mayor responsable de este deterioro. Las emisiones de dióxido de azufre, un gas irritante y de olor penetrante, son una de las principales preocupaciones, ya que afectan la salud respiratoria de los habitantes de la zona metropolitana de Monterrey. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, la Refinería continúa operando con total impunidad, lo que plantea serias preguntas sobre la capacidad y la voluntad del gobierno estatal y federal para hacer cumplir las leyes ambientales.

Inacción frente a la crisis ambiental

A pesar de que la Refinería de Cadereyta es la principal fuente de contaminación en la región, el gobierno estatal ha mostrado una falta de acción contundente. En el pasado, la administración de Nuevo León intentó clausurar la planta en dos ocasiones, pero la intervención del sindicato petrolero y la falta de respuesta del gobierno federal impidieron que estas medidas tuvieran efecto. La pasividad de las autoridades ha permitido que la Refinería siga contaminando sin ningún tipo de consecuencias, lo que ha generado una creciente frustración entre los ciudadanos que exigen un aire más limpio y medidas efectivas para proteger su salud.

La situación se complica aún más debido a que otras empresas, como Zinc Nacional, han sido sancionadas por el gobierno estatal por generar contaminación, mientras que la Refinería, siendo una planta de propiedad federal, no ha sido tratada de la misma manera. Esta disparidad en el tratamiento de las empresas ha generado críticas sobre la falta de justicia ambiental en el estado. La directora del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, Selene Martínez, ha señalado que la diferencia en el tratamiento a las empresas es clara, ya que, aunque ambas están bajo la jurisdicción federal, una es privada y la otra pública. Esto ha puesto de manifiesto las tensiones políticas y las dificultades para aplicar medidas igualitarias ante problemas de contaminación.

¿Quieres saber más sobre el tema? Lee el siguiente artículo.

A pesar de los esfuerzos del gobierno estatal por clausurar la Refinería de Cadereyta, la falta de acción efectiva por parte de las autoridades federales y la resistencia del sindicato petrolero han permitido que la planta siga operando sin que se tomen medidas significativas para reducir la contaminación. La crisis ambiental en Nuevo León continúa empeorando, y las autoridades locales y federales deben enfrentar de manera urgente el problema para proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos.

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