Written by Bernardo Balbuena 12:24 pm Nuevo León Samuel García

Frente a Incapacidad de Samuel García, Nuevo León se Sume en Violencia2 min read

¿Dónde quedaron las promesas de acabar con la violencia?

El fin de semana pasado se convirtió en una pesadilla para Nuevo León, consolidándose como el epicentro de la violencia en México. Durante los días 20 y 21 de enero, la entidad fue testigo de una escalofriante cifra de 17 homicidios dolosos, situándose a la cabeza de las estadísticas nacionales y poniendo de manifiesto la falta de una estrategia eficaz por parte del gobierno de Samuel García para hacer frente a esta problemática crítica.

Gobierno de Nuevo León no puede frenar la violencia

El reporte diario de homicidios de la Secretaría de Seguridad y Participación Ciudadana reveló que Nuevo León contribuyó con un preocupante 15.04% de los homicidios en todo México durante ese fin de semana, registrando 17 de los 123 crímenes a nivel nacional. Este sombrío panorama subraya la incapacidad del liderazgo estatal para frenar la espiral de violencia que afecta a la población, a pesar de las promesas vacías de García de abordar enérgicamente la problemática.

Nuevo León: primer lugar de México en asesinatos

Al desglosar las cifras, el 20 de enero compartió la deshonrosa posición de líderes en homicidios dolosos junto a Baja California y el Estado de México, con cada entidad sumando nueve casos. El domingo 21, Nuevo León mantuvo su posición en el primer lugar nacional con ocho homicidios, de un total de 51 en todo México. Estas cifras, respaldadas por la fuente oficial, evidencian el fracaso tangible de la administración de García en proteger a la ciudadanía y aplicar estrategias eficientes contra la violencia desenfrenada.

Falta de acciones concretas por parte de Samuel García

En un contexto más amplio, la inseguridad sigue siendo una asignatura pendiente del gobierno estatal, revelando una estrategia ineficiente y carente de resultados tangibles. La falta de acciones concretas ante la creciente violencia refleja una desconexión alarmante entre las palabras de Samuel García y la realidad angustiante que enfrenta la población de Nuevo León.

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