La tragedia ocurrida en San Pedro Garza García, Nuevo León, ha puesto de manifiesto la irresponsabilidad de Movimiento Ciudadano (MC). El colapso de un escenario durante un evento político, que resultó en la muerte de nueve personas y cientos de heridos, es una muestra clara de esta negligencia.
El mismo día del evento, las autoridades habían emitido advertencias sobre fuertes ráfagas de viento y torbellinos. A pesar de estas alertas, MC decidió seguir adelante con el mitin en el campo de béisbol ‘El Obispo’. Este acto de imprudencia tuvo consecuencias fatales.
Movimiento Ciudadano: Fallas y Supervisión Inadecuada
Expertos han señalado posibles causas del colapso, incluyendo fallas técnicas en la estructura y una falta evidente de supervisión adecuada. La Fiscalía de Nuevo León deberá investigar estos factores para determinar las responsabilidades.
Durante el evento, en el cierre de campaña de la candidata Lorenia Canavati, figuras prominentes del partido como Jorge Álvarez Máynez y Martha Herrera estaban presentes. Videos compartidos en redes muestran el momento en que el viento sacude el escenario, obligando a los candidatos a buscar refugio mientras la estructura se desplomaba.
Un Desastre Anunciado
Las imágenes del colapso han generado indignación. La decisión de MC de ignorar las advertencias meteorológicas y poner en riesgo la vida de sus simpatizantes es inaceptable. El presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador de Nuevo León, Samuel García, han lamentado el incidente, pero sus palabras no pueden revertir el daño.
Protección Civil reportó más de 200 heridos, subrayando la gravedad del desastre. Este trágico evento debe servir como un recordatorio de la importancia de la seguridad y la responsabilidad en la organización de eventos masivos.
La falta de previsión y la negligencia de Movimiento Ciudadano no pueden quedar sin consecuencias. Es crucial que se realicen investigaciones exhaustivas y que los responsables enfrenten las repercusiones de sus acciones. Un partido que pone en riesgo la vida de las personas no merece la confianza del público.
Este incidente debe llevar a un cambio significativo en la supervisión y organización de eventos políticos. La seguridad y el bienestar de la ciudadanía deben ser siempre la prioridad. La memoria de las víctimas exige justicia y un compromiso firme para evitar que algo así vuelva a suceder.
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