La serie de inundaciones que ha afectado a la zona metropolitana de Monterrey en los últimos años tiene una raíz común: las construcciones irregulares realizadas a lo largo del río Santa Catarina, especialmente en la zona de La Huasteca. Estas edificaciones, que incluyen casas habitación, centros recreativos y quintas, han alterado el flujo natural del afluente y generado un desbordamiento de aguas en la región, lo que ha ocasionado graves daños a la infraestructura y a las comunidades locales.
De acuerdo con el ambientalista Antonio Hernández, las construcciones ubicadas tanto en el cauce como en las márgenes del río carecen de permisos ambientales y han afectado seriamente el comportamiento natural del afluente.
“Las edificaciones que invaden el cauce del río Santa Catarina no cuentan con la debida autorización de impacto ambiental, por lo que no deberían estar allí”, explicó Hernández, quien señaló que este tipo de construcciones contribuye directamente a la generación de inundaciones en la zona metropolitana, pues bloquean el libre flujo de las aguas.
Construcciones sin permisos afectan el flujo natural del río
Las lluvias de la tormenta tropical Alberto, que azotaron Nuevo León en junio de 2024, provocaron daños en la infraestructura de La Huasteca. Las edificaciones que se encuentran en el cauce del río, que no cuentan con la debida Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), resultaron severamente afectadas, y en muchos casos, destruidas. Esto no es un hecho aislado, ya que hace 15 años, el huracán Alex había provocado situaciones similares en la misma zona.
Hernández también apuntó que, a pesar de los daños ocasionados por fenómenos meteorológicos previos, los propietarios de estos terrenos suelen reconstruir sus propiedades afectadas por las aguas. Sin embargo, esta práctica sigue representando un riesgo ambiental y de seguridad para las comunidades cercanas, ya que interrumpe el curso natural del agua y aumenta las probabilidades de que se produzcan inundaciones en la zona urbana de Monterrey.
“Cada vez que se rellena un terreno afectado y se reconstruye una casa o un centro recreativo en zonas no autorizadas, estamos contribuyendo a la obstrucción del cauce del río y a la obstrucción del flujo natural de las aguas. Esto genera un grave riesgo meteorológico, que se traduce en inundaciones, destrucción de infraestructura y afectaciones directas a la vida de las personas”, subrayó Hernández.
La presa Rompepicos, la única construcción en el río, autorizada
Una de las excepciones a esta problemática es la presa Rompepicos, que es la única construcción en la zona que cuenta con la debida autorización ambiental. Esta presa, ubicada en el cauce del río Santa Catarina, tiene la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) necesaria para operar, ya que se evaluaron los posibles efectos de su construcción y funcionamiento en el ecosistema local.
“En la zona de La Huasteca, todas las demás construcciones carecen de la autorización correspondiente, y no deberían existir bajo las leyes ambientales”, señaló Hernández.
De acuerdo con el ambientalista, si se aplicara la ley de forma rigurosa y se llevaran a cabo inspecciones ambientales efectivas, todas las construcciones irregulares que invaden el cauce del río deberían ser retiradas.
La falta de permisos para estas construcciones ha generado un vacío normativo en la zona, que ha sido ignorado tanto por el Ayuntamiento de Santa Catarina como por las autoridades federales, encargadas de vigilar las áreas naturales protegidas. Esta omisión de responsabilidad por parte de las autoridades ha permitido que continúe el crecimiento de construcciones ilegales en la ribera del río.
Confusión sobre las competencias para regular el ecosistema
La situación se complica aún más debido a la falta de claridad en cuanto a las responsabilidades de las autoridades locales y federales sobre la regulación de esta zona. Hernández explicó que tanto la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) como el Ayuntamiento de Santa Catarina deben intervenir en estos casos, pero que, históricamente, el municipio ha delegado la responsabilidad en el Gobierno federal, argumentando que La Huasteca forma parte del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, y que por lo tanto corresponde a la Federación regular el uso del suelo en esa área.
Sin embargo, esta falta de acción por parte de las autoridades ha dejado a La Huasteca vulnerable a los daños que provocan las construcciones ilegales. Hernández subrayó que la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), encargada de supervisar estos espacios naturales, carece de los recursos, personal y capacidad para implementar políticas efectivas de conservación en la zona. Esto se ha traducido en un deterioro acelerado de La Huasteca, que ha afectado no solo al ecosistema, sino también a las comunidades que viven en sus alrededores.
Destrucción en La Huasteca: daños irreparables
Los daños causados por las lluvias de la tormenta tropical Alberto no se limitan a las construcciones irregulares. El camino que conecta el Parque Nacional Cumbres de Monterrey con la presa Rompepicos, que tiene aproximadamente 17 kilómetros de largo, quedó completamente destruido. Este deterioro incluye tanto la carretera principal como la ciclovía, que fueron erosionadas por las aguas del río Santa Catarina.
En abril de 2024, el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, anunció con bombos y platillos el inicio de la primera etapa del Nuevo Parque La Huasteca, con una inversión de 44 millones de pesos para la construcción de una nueva ciclopista. Sin embargo, el daño causado por las inundaciones ha sido tal que, en varios puntos, el cauce del río se ha ensanchado hasta 500 metros y ha erosionado el suelo hasta una profundidad de cuatro metros. Esto ha dejado expuestos los ductos de agua potable que abastecen a la zona metropolitana, y ha hecho que muchas comunidades de la región se queden sin acceso a servicios básicos como el agua potable y la electricidad durante semanas.
La reconstrucción parece lejana
Cinco meses después de la tormenta que causó tantos estragos, la reconstrucción de La Huasteca aún parece un objetivo lejano. Aunque algunos medios han informado que la rehabilitación de la carretera no se llevará a cabo en su totalidad, sino que se convertirá en un camino rural, las autoridades aún no han proporcionado detalles claros sobre los planes de restauración.
En tanto, las construcciones que fueron afectadas por las lluvias siguen trabajando en la reparación de los daños, aunque se enfrentan a la posibilidad de que una nueva tormenta pueda destruirlas por completo. En este contexto, la falta de regulación y control sobre las construcciones irregulares en el cauce del Río Santa Catarina sigue siendo un factor crucial en la vulnerabilidad de la zona ante fenómenos meteorológicos.
Array
