La llegada de Sergio Ramos a Rayados desató una ola de entusiasmo entre la afición albiazul, que soñaba con ver al histórico defensor del Real Madrid como pilar del equipo en la Liga MX. Sin embargo, a más de tres meses de su presentación oficial, el central español ha dejado más dudas que certezas, con una participación limitada, marcada por lesiones, suspensiones y una adaptación más compleja de lo previsto.
Desde su aterrizaje el pasado 8 de febrero en la capital de Nuevo León, la expectativa por ver a Ramos enfundado en la camiseta de Rayados creció rápidamente. La apuesta de la directiva estaba enfocada en fortalecer al equipo con miras al Mundial de Clubes de junio, pero también se esperaba que su experiencia aportara desde el torneo local. No obstante, su paso por esta primera etapa en la Liga MX ha sido discreto y poco productivo.
Debutó oficialmente el 22 de febrero en el partido ante Atlético de San Luis, correspondiente a la Jornada 8 del Clausura 2025. Desde entonces, Ramos disputó solo ocho encuentros en la liga local y uno en la Concachampions, acumulando apenas 693 minutos en cancha, una cifra muy baja si se considera la expectativa generada a su llegada.
Problemas físicos y poca continuidad
Uno de los factores que más ha limitado la presencia de Ramos ha sido el tema físico. Su cuerpo no ha respondido de la mejor forma al ritmo del fútbol mexicano y, a lo largo del torneo, las molestias musculares fueron una constante. En el último duelo del torneo regular, ante León, el zaguero abandonó el campo por una lesión que, aunque no fue informada oficialmente por el club, se sospechó fue un desgarro en el muslo posterior derecho.
A partir de ese momento, Ramos no volvió a aparecer en la alineación del equipo. Se perdió partidos clave como el Play-In contra Pachuca, el Play-In C ante Pumas y ambos enfrentamientos de los cuartos de final frente a Toluca. Su ausencia pesó, y Rayados no logró superar la fase, terminando su participación en el Clausura 2025 sin su capitán y jugador franquicia.
Aunque la directiva había señalado que la Liga MX sería un espacio útil para su adaptación, la realidad fue otra. Ramos nunca logró integrarse por completo al ritmo del equipo ni al sistema de juego, y cuando parecía alcanzar su mejor nivel, los contratiempos físicos lo volvieron a marginar.
En torneos internacionales, tampoco brilló
A nivel internacional, Sergio Ramos tampoco pudo marcar una diferencia real. Solo fue incluido en un partido de la Concachampions: la vuelta de la serie ante Vancouver Whitecaps, que se disputó en Torreón. En ese encuentro, Rayados fue eliminado del certamen a pesar del gol que Ramos convirtió desde el punto penal. Su aporte resultó insuficiente para revertir el resultado global, y la eliminación dejó un sabor amargo tanto en la institución como en la afición.
La frustración de no poder contar con el defensor en los momentos importantes fue evidente. A pesar de su trayectoria y jerarquía, Ramos no logró trascender ni influir como se esperaba. Su única anotación en Liga MX llegó en el Clásico Regio, donde irónicamente Monterrey cayó derrotado, siendo esa la única derrota del equipo en los partidos en los que él estuvo en la cancha.
Con ello, Ramos cerró su participación en la primera parte del año con apenas dos goles, nueve partidos disputados y una serie de ausencias importantes que condicionaron el rendimiento del equipo. Su fichaje, pensado para darle solidez al proyecto deportivo de Rayados, ha sido hasta ahora una promesa sin cumplir.
El reto: estar listo para el Mundial
El escenario ahora se centra en su recuperación y en la preparación para el Mundial de Clubes, torneo al que Monterrey apostó gran parte de su planeación y para el cual Ramos fue fichado. El defensor europeo ya se encuentra en un periodo de descanso, enfocado en completar su rehabilitación física para llegar en condiciones óptimas al certamen internacional.
Rayados confía en que la pausa competitiva le permitirá recuperarse por completo y asumir un rol más activo y protagónico en la competencia que se celebrará en junio. El club necesita de su experiencia y liderazgo para competir ante equipos de talla mundial, y espera que las semanas de trabajo que se avecinan sirvan para que Ramos encuentre el ritmo que no pudo mostrar en su primera etapa.
Para la afición, aún persiste la esperanza de ver al español cumplir con lo que se prometió: un futbolista que marque diferencia en la cancha, que aporte orden defensivo y carácter competitivo. El torneo internacional podría ser su oportunidad de redimirse y empezar a justificar la inversión realizada por el club regiomontano.
Por ahora, queda la duda: ¿fue Sergio Ramos una contratación mediática o un proyecto deportivo que aún está por dar frutos? Las respuestas llegarán pronto, pero su debut en México —al menos en esta primera fase— ha quedado muy lejos de lo que se soñó cuando se oficializó su fichaje.
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