La agencia internacional Fitch Ratings ajustó la perspectiva de la calificación crediticia de largo plazo de Nuevo León de estable a negativa. Aunque mantuvo la calificación en ‘A(mex)’, el cambio refleja preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda estatal debido al plan significativo de inversión pública y las presiones financieras derivadas. Este ajuste plantea retos para las finanzas estatales y destaca la importancia de una gestión prudente de los recursos.
Presiones en la Sostenibilidad de la Deuda
Fitch Ratings identificó el plan de inversión de Nuevo León como el principal factor detrás de su decisión. Este proyecto, que incluye la generación de superávits y esquemas de financiamiento como deuda directa y obra pública financiada, podría impactar negativamente el perfil financiero del estado. La agencia considera que estos factores aumentarían el riesgo de debilitar la capacidad de cubrir el servicio de la deuda con el balance operativo en los próximos años.
En el horizonte 2024-2028, se proyecta que la razón de repago se mantendrá en un rango de 9 a 13 veces, con una carga de deuda fiscal superior al 50% para 2028. Esto refleja una presión constante sobre las finanzas estatales, a pesar de mantener métricas financieras sólidas en otros aspectos.
Además, Fitch estima que la cobertura real del servicio de deuda (CRSD) será inferior a 1x, lo que supone un reto significativo para la sostenibilidad. Aunque no se identificaron riesgos asimétricos relacionados con políticas contables o gobernanza, la agencia continuará monitoreando de cerca la situación política del estado y su impacto en las finanzas públicas.
¿Qué Significa que Fitch Dé una Perspectiva Negativa?
La perspectiva negativa indica un posible riesgo de degradación en la calificación crediticia si las condiciones económicas o financieras del prestatario se deterioran más de lo esperado. En este caso, Fitch alerta sobre la posibilidad de que Nuevo León enfrente una reducción en ingresos, mayores gastos no previstos o un incremento en las obligaciones financieras.
De acuerdo con Fitch Ratings, las calificaciones crediticias reflejan la capacidad de un prestatario para cumplir con sus compromisos financieros. En su sistema, las notas más altas, como AAA, representan alta fiabilidad, mientras que las calificaciones inferiores (BB o menores) sugieren riesgos crecientes.
Con la calificación actual de ‘A(mex)’, Nuevo León se encuentra en una posición aceptable, pero la perspectiva negativa podría implicar una eventual disminución si no se logra mitigar el impacto de los factores mencionados. Esto podría dificultar el acceso del estado a financiamiento futuro en términos favorables.
Repercusiones y Retos para Nuevo León
El cambio en la perspectiva crediticia tiene implicaciones tanto para la administración estatal como para la población. Si bien el gobierno de Nuevo León ha destacado su desempeño en ciertos indicadores financieros, como mantener dos semáforos en verde y uno en amarillo en la Ley de Disciplina Financiera, Fitch enfatiza que las métricas han mostrado señales de deterioro en comparación con periodos anteriores.
Uno de los principales retos será equilibrar el plan de inversión pública con la sostenibilidad financiera. Esto requerirá un enfoque estratégico en la generación de ingresos, la contención de gastos y la priorización de proyectos clave que ofrezcan un retorno significativo.
El monitoreo constante por parte de Fitch y otras calificadoras será crucial para evaluar el desempeño del estado. Además, los acuerdos con diferentes niveles de gobierno y la transparencia en la gestión serán fundamentales para recuperar la confianza en el perfil crediticio de Nuevo León.
Contexto Global y Comparación
A nivel internacional, las calificaciones crediticias proporcionan una referencia para evaluar la salud financiera de gobiernos y empresas. Fitch Ratings, junto con Moody’s y S&P, utiliza una escala alfabética que va desde AAA (máxima calidad crediticia) hasta D (incapacidad de pago). Dentro de esta escala, las calificaciones como ‘A’ indican una calidad aceptable, pero con riesgos moderados.
En el caso de Nuevo León, el ajuste a una perspectiva negativa no significa una degradación inmediata, pero sí un llamado de atención. Comparado con otros estados y países, la calificación de Nuevo León sigue siendo competitiva, pero enfrenta retos significativos para mantener su posición.
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