El área metropolitana de Monterrey enfrenta una alarmante crisis de contaminación atmosférica, con nuevos datos que confirman que la gasolina distribuida en la región tiene un impacto ambiental mucho mayor que la de la Ciudad de México (CDMX). Un estudio reciente, realizado por el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire revela que la gasolina en Nuevo León contamina un 83.5% más que la que se suministra en la capital del país. Este informe fue presentado por Selene Martínez, directora del Observatorio, justo antes de la visita de la Presidenta Claudia Sheinbaum al estado.
Impacto de la gasolina en el aire
Según el análisis, el 83.5% de diferencia en las emisiones se debe a los compuestos orgánicos volátiles que se liberan al evaporarse la gasolina en la atmósfera. Estos compuestos reaccionan con otros elementos del aire, formando ozono y partículas PM2.5, dos de los principales contaminantes que afectan la salud pública en la región. El ozono, por ejemplo, es considerado el tercer contaminante más peligroso en Monterrey y fue responsable de 48 muertes en el estado desde 2021.
El estudio también establece que las gasolinas de Monterrey tienen una mayor presión de vapor que las de la CDMX y Guadalajara, lo que facilita su evaporación y contribuye significativamente a la formación de ozono y partículas finas. Si la presión de vapor de la gasolina se redujera, las emisiones de estos contaminantes podrían disminuir, lo que implicaría una mejora notable en la calidad del aire.
Recomendaciones para mejorar la calidad del aire en Monterrey
A raíz de estos resultados, el Observatorio Ciudadano recomendó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) homologar la calidad de la gasolina en Nuevo León con la de CDMX y Guadalajara, dos ciudades que han logrado mantener mejores niveles de calidad en sus combustibles. Además, sugirió que se actualicen las normativas para incluir a los municipios conurbados de Nuevo León, que actualmente reciben gasolina de menor calidad. La falta de regulación adecuada está afectando gravemente la salud de los habitantes, ya que solo el 21.7% más de compuestos tóxicos como el benceno se libera en la región en comparación con la CDMX.
El estudio también destaca la necesidad de fortalecer los controles de calidad en toda la cadena de suministro de combustibles para asegurar que las estaciones de servicio y las empresas distribuidoras cumplan con los estándares establecidos. La inspección en gasolineras también es una prioridad, ya que de los nueve muestreos realizados en diversas estaciones de Monterrey, San Pedro, Cadereyta, Guadalupe, Juárez, San Nicolás y Apodaca, solo uno cumplió con la norma vigente.
Inseguridad y deficiencias en la regulación del mercado de la gasolina
El estudio también reveló que, en al menos uno de los muestreos, se encontró etanol, un componente que está prohibido en la gasolina distribuida en la región. Esto pone de manifiesto no solo las deficiencias en la calidad del combustible, sino también la falta de controles efectivos para regular este mercado. La presencia de etanol en la gasolina también contribuye a la emisión de compuestos contaminantes, agravando aún más la situación de contaminación.
Según Martínez, estos datos podrían estar subestimados, ya que el modelo utilizado en el análisis solo evaluó las emisiones generadas por los escape de los vehículos y no tuvo en cuenta las evaporaciones con los vehículos apagados o las emisiones provenientes de las estaciones de gasolina. Por lo tanto, se estima que el porcentaje de contaminación podría ser al menos un 10% mayor de lo reportado.
Propuestas para un cambio en la política ambiental
Dado el grave impacto que la mala calidad del aire tiene en la salud pública y el medio ambiente, es urgente que las autoridades tomen acciones más decisivas. La Secretaría de Medio Ambiente estatal ya ha propuesto la creación de una Comisión Ambiental Metropolitana que coordine esfuerzos para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en la región. Sin embargo, aún no se han detallado las medidas concretas que se tomarán para abordar esta crisis de manera efectiva.
La calidad de la gasolina, junto con el cumplimiento de las normativas ambientales, debe ser una prioridad para el gobierno de Nuevo León y sus instituciones. Las muertes prematuras, las enfermedades respiratorias y el daño al ecosistema seguirán siendo problemas graves si no se implementan cambios urgentes en las políticas públicas de control de la contaminación.
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