Nuevo León volvió a colocarse en el primer lugar nacional por el número de homicidios, un hecho que encendió nuevamente las alarmas de la ciudadanía y de las autoridades. Tras poco más de cuatro meses fuera de ese listado, la entidad registró seis muertes violentas en un solo domingo, lo que la devolvió al ranking del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Las cifras oficiales señalan que el estado no encabezaba esta lista desde el 10 de mayo, cuando también se contabilizaron seis asesinatos en un solo día. Antes de ello, el 22 de marzo y el 29 de abril se había colocado en la misma posición, lo que refleja una constante que preocupa a los especialistas en seguridad y a la población en general.
Los crímenes del domingo incluyeron un ataque contra una mujer y su hija embarazada en Monterrey, el homicidio de dos hombres en la colonia La Reforma del mismo municipio, la ejecución de un hombre en García y la muerte de otro en Guadalupe, apuñalado por su propio hermano.
Cifras alarmantes en homicidios
El repunte de homicidios revive la discusión sobre el clima de inseguridad que enfrenta la entidad. En 2024, Nuevo León había mostrado una reducción relativa en la violencia, llegando a su punto más bajo en julio con 44 asesinatos. Sin embargo, los meses recientes han marcado un retroceso.
En agosto, la cifra ascendió a 57 homicidios, lo que rompió con la tendencia a la baja y expuso la fragilidad de las estrategias implementadas. Tan solo en lo que va de septiembre ya se sumaban 40 muertes violentas hasta el día del último reporte, lo que anticipa que el mes podría cerrar con números rojos.
Este panorama revive la memoria del 2023, considerado el año más violento desde 2011, cuando el estado encabezó la lista en 33 ocasiones y acumuló mil 298 víctimas mortales. Dichas cifras equivalen a casi cuatro personas asesinadas diariamente en promedio.
Nuevo León cada vez se parece más al EDOMEX.
— Gloria Meneses (@GlorMeneses) September 23, 2025
El índice de violencia altísimo mientras Samuel García anda haciéndose el chistoso con su hija.
¡Esta es la realidad! Tenemos un gobernador que nunca dejará de ser un chiste. pic.twitter.com/NwZxaeuDvh
Críticas a la estrategia estatal
El regreso al primer lugar en homicidios también ha puesto bajo la lupa el papel del gobernador Samuel García. Durante varios meses evitó referirse directamente a la crisis de violencia, pero en julio, con las cifras a la baja, comenzó a presumir la supuesta efectividad de Fuerza Civil y a destacar una mejora en la percepción de seguridad.
No obstante, el repunte inmediato en agosto y septiembre debilitó ese discurso. Los críticos señalan que la estrategia es insuficiente, pues mientras el gobierno resalta inversiones en patrullas, equipamiento y operativos, los asesinatos siguen ocurriendo en colonias urbanas y municipios periféricos donde la presencia policial es limitada.
Las familias de las víctimas, organizaciones sociales y voces ciudadanas cuestionan la efectividad de las acciones oficiales, subrayando que las estadísticas oficiales no reflejan lo que se vive día con día en las calles.
Homicidios superan a otros estados
El domingo en cuestión, los seis homicidios en Nuevo León superaron los números de entidades como Michoacán, Guerrero, Chihuahua, Estado de México y Ciudad de México, que registraron cuatro cada una. El dato es relevante, ya que estas entidades históricamente concentran altos niveles de violencia por crimen organizado y disputas territoriales.
El hecho de que Nuevo León los supere en un día de violencia revive el fantasma de los años más duros de inseguridad en el estado, cuando la confrontación entre cárteles generó una ola de asesinatos, secuestros y extorsiones que marcaron la vida de la población.
Especialistas en seguridad advierten que, si no se corrigen las deficiencias actuales en prevención, inteligencia policial y coordinación interinstitucional, el estado podría volver a experimentar una espiral de violencia prolongada.
Ciudadanía exige respuestas
Más allá de las cifras, lo que preocupa a los habitantes es la sensación de vulnerabilidad. En colonias populares y zonas metropolitanas, las familias expresan que salir de casa con tranquilidad se ha vuelto un reto.
Los comentarios en redes sociales reflejan indignación y miedo: muchos reclaman que mientras el gobierno dedica tiempo y recursos a proyectos de infraestructura o a la organización de eventos internacionales como el Mundial 2026, la seguridad sigue en segundo plano.
La exigencia ciudadana es clara: piden que las autoridades dejen de presumir estadísticas y se enfoquen en proteger la vida de las personas. El costo de la violencia se mide no solo en números, sino en familias destrozadas y comunidades que viven bajo la sombra del miedo.
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