El gobernador de Nuevo León, Samuel García, ha cambiado su postura respecto al papel del Congreso local en la aprobación y modificación del presupuesto estatal, generando controversia y tensiones con los legisladores.
Como diputado en 2015, García defendió la facultad del Congreso para modificar el presupuesto propuesto por el Ejecutivo, impulsando una reforma que otorgó a los legisladores más poder en este ámbito. Sin embargo, al asumir la gubernatura, su actitud cambió radicalmente, adoptando una postura más autoritaria y rechazando cualquier modificación al Paquete Fiscal 2024 que no viniera de su administración.
Un cambio de postura que genera conflicto
Durante su tiempo como legislador, Samuel García defendió la necesidad de que el Congreso tuviera más control sobre el presupuesto, asegurando que el Ejecutivo no tuviera la capacidad de modificarlo a su antojo. Sin embargo, al llegar al poder, García ha dejado claro que no permitirá cambios en su propuesta fiscal.
En diciembre de 2023, advirtió que si el Congreso modificaba “una coma” de su propuesta, no habría presupuesto y aplicaría la reconducción tácita, lo que ha generado un ambiente tenso entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Como Gobernador quiere controlar por completo el presupuesto
Este giro en su postura ha sido criticado por algunos como una contradicción, ya que en su calidad de diputado promovió un Congreso más fuerte y corresponsable en la gestión del presupuesto, mientras que ahora, como Gobernador, busca centralizar el control en sus manos.
La falta de apertura al diálogo con los legisladores sobre las propuestas fiscales ha aumentado las tensiones, afectando la relación entre los poderes del estado y la percepción pública sobre la capacidad de García para trabajar de manera colaborativa.
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