Samuel García, gobernador de Nuevo León, y su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, se encuentran nuevamente en el centro de la tormenta. Esta vez, la revelación de que empresas vinculadas a García habrían recibido 200 millones de pesos a través de operaciones cuestionables, ha reavivado el escrutinio público sobre su estilo de vida y residencia.
A pesar de afirmar que su hogar es el Palacio de Gobierno en el corazón de Monterrey, investigaciones recientes demuestran que la verdadera residencia de la pareja se sitúa en San Pedro Garza García, conocido por ser uno de los municipios más exclusivos y acaudalados del país.
La Mansión de los ‘Fosfo Fosfo’
Conocidos por su vibrante presencia en redes sociales, Samuel y Mariana han mostrado a sus seguidores un vistazo de su vida en una residencia que dista mucho de ser modesta. Situada en el elitista Fraccionamiento San Patricio, la mansión cuenta con amplias salas, decoración de lujo y un cuarto para su hija Mariel que más parece sacado de un catálogo de diseño.
Esta ostentación se ve aún más amplificada por el hecho de que en 2018, en medio de otra serie de controversias, Samuel García adquirió dos propiedades en San Pedro por un monto de 28.8 millones de pesos, evitando el pago de impuestos al declararse estudiante y soltero.
Un Oasis en Tiempos de Crisis
Durante la severa crisis de agua que afectó a Nuevo León en 2020, mientras muchos hogares sufrían escasez, la residencia de García y Rodríguez siempre tuvo acceso al vital líquido, destacando aún más la disparidad entre los gobernantes y sus gobernados. Además, la casa está equipada con jardines, alberca y seguridad privada, un lujo inalcanzable para la mayoría de los ciudadanos del estado.
El Costo del Lujo en San Pedro
Adquirir una vivienda en la misma zona que habita el gobernador puede llegar a costar hasta 150 millones de pesos, con propiedades que incluyen múltiples habitaciones, baños y espacios de estacionamiento. Según datos de Inmuebles24, incluso hay casas que ascienden hasta los 2.7 millones de dólares.
Mientras Samuel García y Mariana Rodríguez disfrutan de su paraíso privado, los ciudadanos de Nuevo León continúan enfrentando desafíos diarios sin precedentes. La distancia entre el gobernante y el pueblo nunca ha sido tan palpable, ni la indignación tan justificada.
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