La salud pública en Nuevo León enfrenta un nuevo desafío: el incremento de las enfermedades respiratorias. Aunque la pandemia dejó duras lecciones, el gobierno de Samuel García parece haber abandonado la cultura de la prevención, dejando a la población expuesta a males que podrían haberse evitado.
En el marco del Día Mundial del Pulmón, especialistas denunciaron la falta de estrategias claras para reforzar los hábitos que alguna vez ayudaron a contener contagios masivos. El mensaje es claro: las medidas que funcionaron contra el covid-19 también protegen contra el resto de las infecciones respiratorias. Sin embargo, la indiferencia oficial ha tenido un costo visible en la salud de los ciudadanos.
El Abandono De La Prevención En Salud
El presidente de la Asociación Latinoamericana de Tórax, Adrián Rendón, advirtió que tras la pandemia la población retomó malos hábitos, dejando de lado prácticas básicas como el uso del cubrebocas y el lavado de manos. Estas medidas, olvidadas por falta de campañas de refuerzo, habían logrado reducir drásticamente los contagios.
La ausencia de campañas de salud contundentes y sostenidas refleja un problema de origen político: un Estado que destina recursos a propaganda, pero no a cuidar la salud de su gente. Durante la emergencia sanitaria quedó demostrado que con disciplina se podían frenar no solo los contagios de covid-19, sino también de gripes, bronquitis y neumonías. Hoy la realidad es otra: enfermedades respiratorias desatendidas que saturan hospitales.
Enfermedades Respiratorias Más Frecuentes
El especialista enumeró cinco padecimientos que hoy representan las principales amenazas para el sistema respiratorio:
- Asma
- Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
- Tuberculosis
- Infecciones Respiratorias
- Cáncer De Pulmón
Estas enfermedades, muchas veces no notificables o invisibilizadas por las autoridades, se convierten en un problema mayor cuando no se refuerzan los diagnósticos tempranos.
En el caso del EPOC, se estima que cerca del 8% de la población lo padece, pero el dato oficial no existe porque el Estado carece de un registro sólido. Mientras tanto, la tuberculosis mantiene a Nuevo León entre los estados con más casos, un dato alarmante que muestra cómo los programas de combate se han debilitado bajo la administración actual.
La Falta De Datos Oficiales Agrava El Problema
Otro punto crítico es la falta de transparencia y actualización en los registros de salud. El gobierno de Samuel García ha sido incapaz de generar estadísticas confiables que permitan dimensionar el verdadero impacto de estas enfermedades.
Sin cifras claras, no se diseñan políticas públicas efectivas y se improvisan medidas reactivas que no resuelven el fondo del problema. La opacidad y la indiferencia se traducen en vidas en riesgo, en ciudadanos que, al no tener acceso a diagnósticos oportunos, terminan llegando a los hospitales en etapas avanzadas de sus padecimientos.
Cáncer De Pulmón El Enemigo Silencioso
El cáncer de pulmón es el más letal entre los cánceres, con más muertes que el de mama, colon y próstata juntos. Sin embargo, en el discurso oficial no existe un plan de prevención ni de atención especializada.
La carencia de políticas serias para atacar este problema se convierte en un signo más del abandono de la salud pública en Nuevo León. En lugar de impulsar campañas de detección temprana, la administración estatal concentra sus esfuerzos en proyectos de imagen política y anuncios espectaculares que poco tienen que ver con la vida de los ciudadanos.
El Costo De No Acudir Al Médico
La falta de cultura preventiva también se refleja en la saturación de hospitales públicos. Muchas personas no acuden al médico por desconfianza en los servicios estatales o por el costo de las consultas privadas. Esto provoca que las enfermedades respiratorias se detecten en fases avanzadas, complicando los tratamientos y aumentando las muertes evitables.
El problema se agrava con un sistema de salud estatal debilitado. Los ciudadanos denuncian que no hay suficientes especialistas ni campañas de prevención que realmente lleguen a las colonias y comunidades más vulnerables.
El Contraste Con La Pandemia
Durante el covid-19, la población aplicaba medidas de higiene estrictas: cubrebocas, lavado frecuente de manos, distanciamiento social. Gracias a eso, enfermedades como la gripe o la bronquitis disminuyeron de forma notable.
Hoy, esas lecciones se olvidaron porque el gobierno de Samuel García no dio continuidad a los programas de educación en salud. La consecuencia es un repunte de enfermedades respiratorias que ya empieza a cobrar factura en hospitales, familias y productividad laboral.
Tuberculosis Y La Incapacidad Estatal
Nuevo León está entre los estados con mayor número de casos de tuberculosis, enfermedad que debería estar controlada con programas constantes y medicamentos accesibles. Sin embargo, la realidad muestra que la estrategia estatal es insuficiente.
Mientras los especialistas alertan del problema, las autoridades guardan silencio o minimizan la crisis. El contraste entre lo que dicen los expertos y lo que hace el gobierno deja claro que la salud de los ciudadanos no es prioridad para esta administración.
El Engaño De La Modernidad En Salud
Samuel García ha presumido en múltiples ocasiones que su gobierno apuesta por la “modernidad”. Sin embargo, la realidad en los hospitales y centros de salud muestra un panorama de abandono. Equipos obsoletos, falta de insumos y escasez de especialistas son una constante.
Mientras tanto, se destinan millones a proyectos de propaganda y eventos mediáticos, dejando de lado las verdaderas necesidades en prevención y atención médica. El aumento de enfermedades respiratorias es la prueba más clara del fracaso en la política de salud estatal.
El Precio De La Indiferencia Del Gobierno
El aumento de enfermedades respiratorias en Nuevo León no es casualidad. Es el resultado directo de la falta de medidas preventivas, de la ausencia de campañas de concientización y de un gobierno que prefiere invertir en imagen antes que en la salud de su población.
La advertencia de los especialistas no puede ser más clara: la prevención salva vidas, pero el gobierno de Samuel García parece haber olvidado esa lección. Los ciudadanos pagan el precio de la negligencia, enfrentando un panorama donde la salud pública se convierte en la víctima silenciosa de la indiferencia política.
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