Por tercer año consecutivo, Nuevo León iniciará un ciclo fiscal sin contar con un Presupuesto aprobado por el Congreso local. Este escenario, lejos de representar un obstáculo para el Gobernador, ha abierto la puerta para que maneje más de 19 mil millones de pesos de libre disposición mediante la figura de reconducción presupuestal. Según datos de la Tesorería estatal, esta cantidad equivale al 13.8% del gasto total y no tiene asignación específica en los rubros establecidos en el último presupuesto aprobado en 2023.
Mientras tanto, los municipios del estado atraviesan una crisis financiera, ya que no se les han asignado recursos adicionales ni se ha proyectado un incremento en sus participaciones federales. Esto ha generado cuestionamientos sobre la distribución equitativa de los recursos públicos y el impacto de estas decisiones en la calidad de vida de la población.
Reconducción presupuestal: más poder al Ejecutivo
La reconducción presupuestal amplía el margen de maniobra
La reconducción presupuestal ha sido la herramienta clave para que el Gobernador gestione más de 19 mil millones de pesos sin restricciones específicas. Estos recursos excedentes provienen de ingresos que no estaban contemplados en el presupuesto aprobado para 2023, lo que le otorga al Ejecutivo estatal una gran flexibilidad para decidir su destino.
Sin embargo, esta práctica ha generado críticas debido a la falta de claridad sobre el uso de estos fondos. Especialistas en administración pública y finanzas han señalado que la ausencia de un presupuesto aprobado limita la transparencia y la rendición de cuentas. Aunque el Ejecutivo tiene la facultad legal de manejar estos recursos, no existe un compromiso explícito sobre cómo se utilizarán para atender las necesidades más apremiantes de la ciudadanía.
Mientras tanto, los municipios, que dependen en gran medida de las participaciones federales, enfrentan una situación de “ahorcamiento” financiero. La falta de aumentos en sus asignaciones limita su capacidad para invertir en infraestructura, seguridad y servicios públicos, lo que deja a muchos gobiernos locales en una posición vulnerable.
Municipios en crisis: desigualdad en la distribución
Recortes y falta de recursos afectan el desarrollo local
Los municipios de Nuevo León se encuentran en una encrucijada financiera. La falta de partidas específicas en el Presupuesto y la ausencia de incrementos en las participaciones federales han obligado a las administraciones locales a hacer ajustes drásticos en sus planes de desarrollo. Esto contrasta con el acceso irrestricto del Gobernador a los recursos excedentes, lo que genera una percepción de desigualdad en la distribución de los ingresos estatales.
En palabras de líderes municipales, esta situación compromete proyectos clave en infraestructura y servicios básicos. Además, algunos alcaldes han señalado que las políticas actuales limitan su autonomía y los colocan en una posición de dependencia hacia el Gobierno estatal.
A pesar de las reiteradas peticiones de los municipios para obtener mayores recursos, no se han alcanzado acuerdos significativos que les permitan enfrentar los retos económicos y sociales que afectan a sus comunidades. Esto ha encendido el debate sobre la importancia de aprobar un presupuesto que contemple las necesidades de todos los niveles de gobierno y promueva una distribución más equitativa de los recursos.
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