La inseguridad creciente en el estado de Nuevo León ha provocado que los ciudadanos desconfíen de las autoridades al no ver los resultados que estos prometen cuando asumen el cargo.
Ejemplo de ello fue el decepcionante desempeño que tuvo Gustavo Adolfo Guerrero como titular de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) y su mala relación con los gobiernos de Jaime Rodríguez Calderón y Samuel García.
Falta de claridad en las investigaciones y “verdades a medias” fueron los grandes descontentos de los regiomontanos, pues no se daba respuesta a los familiares de las víctimas e incluso hizo falta la intervención del gobierno federal.
Le tocará a Adrián de la Garza, Pedro Arce, Genaro García o a Guadalupe Saldaña demostrar que su amplia experiencia en la procuración de la justicia es lo que Nuevo León necesita para ver con otros ojos a las corporaciones de seguridad estatales.
