El reciente escándalo que envuelve al gobernador de Nuevo León, Samuel García, y su familia, ha dejado al descubierto una red de corrupción que socava los cimientos de la transparencia y la rendición de cuentas en el estado. Las revelaciones sobre la asignación de 18 contratos por más de 178 millones de pesos a la constructora Tordec, a pesar de su historial cuestionable, son solo la punta del iceberg de un sistema corrupto que parece haberse arraigado en el corazón del gobierno.
Constructora Vinculada con Padre de Samuel García fue Sancionada por Gobierno de Puebla
La constructora Tordec, que en 2020 fue sancionada por el gobierno de Puebla y prohibida de participar en obras públicas, ha sido favorecida repetidamente por el gobierno de Samuel García en Nuevo León. ¿Cómo es posible que una empresa con antecedentes tan oscuros continúe recibiendo contratos millonarios del gobierno? La respuesta parece apuntar hacia las relaciones empresariales turbias con la Firma Jurídica Fiscal Abogados, dirigida por el padre del gobernador, Samuel Orlando García Mascorro.
Samuel Orlando García Mascorro, quien actualmente está siendo investigado por presuntas operaciones con recursos de procedencia ilícita, ha tejido una red de influencia que se extiende incluso hasta las esferas del poder gubernamental. La información revela que la Firma Jurídica Fiscal Abogados ha facturado millones de pesos a la empresa Tordec por servicios prestados, creando una sospechosa relación financiera que plantea serias dudas sobre la integridad de las transacciones.
Incidentes Anteriores
El caso de Tordec no es único. Desarrollos Inmobiliarios de La Laguna, otra empresa beneficiada por contratos del gobierno de Samuel García, también ha mantenido vínculos comerciales con la Firma Jurídica Fiscal Abogados. Esta interconexión de intereses entre empresas y funcionarios públicos plantea interrogantes alarmantes sobre la imparcialidad y la equidad en la asignación de contratos gubernamentales.
Lo más preocupante es que estas prácticas corruptas no solo perjudican las finanzas del estado, sino que también socavan la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. El gobierno tiene la responsabilidad de garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera transparente y en beneficio del pueblo, pero la evidencia sugiere que en Nuevo León, esta responsabilidad ha sido traicionada en aras de intereses personales y familiares.
La ley de obra pública en Puebla establece claramente que las empresas que incurren en anomalías durante la ejecución de proyectos deben ser impedidas de participar en futuras obras. Sin embargo, parece que en Nuevo León, esta ley ha sido ignorada flagrantemente en favor de los intereses de unos pocos.
Samuel García y Familia Deben Rendir Cuentas
Es hora de que se exija transparencia y rendición de cuentas. Los ciudadanos de Nuevo León merecen saber cómo se están utilizando sus impuestos y por qué se están otorgando contratos a empresas con antecedentes cuestionables. Es imperativo que se lleve a cabo una investigación exhaustiva sobre estas prácticas corruptas y que se tomen medidas concretas para erradicar la corrupción en todas sus formas.
En última instancia, el escándalo de los contratos de Samuel García y su familia no solo es un golpe a la integridad del gobierno de Nuevo León, sino también un recordatorio urgente de la necesidad de una reforma profunda en el sistema político y económico del estado. Sin transparencia y sin rendición de cuentas, la confianza en nuestras instituciones seguirá erosionándose, dejando a los ciudadanos indefensos ante la voracidad de aquellos que buscan enriquecerse a costa del bienestar común.