El tema de los suicidios en Nuevo León ha generado una nueva polémica entre las autoridades estatales. Por un lado, la Secretaría de Salud asegura que las cifras van a la baja desde 2023, tras los años más difíciles de la pandemia. Por el otro, la Fiscalía estatal mantiene registros que superan los 400 casos anuales desde 2020, lo que contradice el discurso optimista del gobierno de Samuel. Esta disparidad de datos, lejos de aclarar la situación, exhibe la falta de coordinación y la poca importancia que se da a la salud mental en la entidad.
Suicidios en Nuevo León: cifras contradictorias
La titular de la Secretaría de Salud, Alma Rosa Marroquín, presentó en conferencia de prensa una gráfica que, curiosamente, fue elaborada con datos de la propia Fiscalía estatal y de la Dirección de Planeación de Salud. Según su interpretación, después de un repunte en 2022, cuando se registraron 385 muertes por suicidios, las cifras comenzaron a reducirse en 2023 y 2024, ubicándose en una tasa de 6.2 casos por cada 100 mil habitantes, cercana al promedio nacional.
Sin embargo, los registros oficiales de la Fiscalía no coinciden con este panorama alentador. De acuerdo con esa dependencia, los suicidios han mantenido una tendencia constante al alza desde el inicio de la pandemia en 2020, superando los 400 casos anuales. La diferencia, según la propia secretaria, ronda los 40 casos, una “discrepancia” que, lejos de ser menor, evidencia problemas graves en la forma de recopilar y procesar la información.
La falta de claridad en las cifras genera más dudas que certezas. La ciudadanía se pregunta cómo es posible que en un tema tan delicado, que involucra la vida y la salud mental de cientos de personas, las instituciones no logren ofrecer datos consistentes.
Suicidios y falta de atención pública
Mientras las autoridades se contradicen, la realidad es que Nuevo León enfrenta un déficit de profesionales en salud mental dentro de las instituciones públicas. La propia Marroquín reconoció que la capacidad de atención es insuficiente y que se ha intentado paliar el problema capacitando a médicos de otras áreas para detectar señales de alerta.
Este reconocimiento expone la gravedad de la situación. No basta con capacitar de manera superficial a personal que no se dedica a la psiquiatría o a la psicología clínica. La falta de especialistas impide una atención adecuada para quienes presentan síntomas de depresión o ansiedad, condiciones que pueden derivar en suicidios si no se tratan a tiempo.
Organizaciones civiles y especialistas han advertido que el Estado necesita incrementar la inversión en programas de salud mental, fortalecer la red de apoyo comunitario y diseñar estrategias preventivas que vayan más allá de discursos en conferencias de prensa. Sin embargo, el gobierno de Samuel parece más preocupado por defender cifras que por enfrentar una crisis silenciosa que cobra cientos de vidas cada año.
#RepúblicaH con @SofiGarciaMX
— Heraldo Televisión (@heraldo_tv) September 10, 2025
Platicamos con el Dr. #OscarHernándezAguirre, Psicólogo de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El suicidio es prevenible y existen señales que pueden advertirnos sobre el riesgo. Es importante escuchar sin juzgar. La prevención del suicidio es… pic.twitter.com/apU1f6UQQo
Suicidios en Nuevo León durante la pandemia
El encierro, la suspensión de actividades y la incertidumbre económica provocada por la pandemia de Covid-19 marcaron un antes y un después en el tema de los suicidios en Nuevo León. Durante esos años, los casos aumentaron de manera significativa, lo que fue reconocido por la Secretaría de Salud.
No obstante, la supuesta reducción posterior no ha sido verificada de forma clara. La Fiscalía insiste en que los números se mantienen altos, y medios de comunicación locales, como EL NORTE, han documentado que desde 2020 los reportes superan los 400 casos anuales.
Esta falta de consenso no solo confunde, sino que también genera desconfianza en la ciudadanía. Si las instituciones estatales no logran ponerse de acuerdo en un tema tan sensible, ¿cómo esperar que diseñen políticas públicas efectivas para atenderlo?
Suicidios y el silencio del gobierno
Un aspecto que también llama la atención es el silencio de Samuel. Frente a una crisis de suicidios que afecta a cientos de familias, el gobernador no ha fijado una postura clara ni ha presentado un plan integral para abordar la salud mental en la entidad.
La ausencia de liderazgo en un tema de esta magnitud refleja una preocupante indiferencia. Mientras la Fiscalía aporta cifras alarmantes y la Secretaría de Salud intenta suavizar la situación, el Ejecutivo estatal parece más enfocado en otros asuntos políticos y mediáticos que en enfrentar una problemática que afecta directamente a la población.
Expertos señalan que el primer paso debería ser reconocer la magnitud de la crisis y coordinar esfuerzos entre dependencias, academia y sociedad civil. Sin embargo, mientras prevalezca la contradicción y la minimización del problema, la prevención seguirá siendo insuficiente y la atención llegará demasiado tarde para muchas personas.
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