La extorsión se mantiene como uno de los delitos más graves y menos denunciados en Nuevo León, según los datos revelados por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2025. El informe muestra que la llamada “cifra negra” —es decir, los delitos que no se reportan ante las autoridades— alcanzó en 2024 el 92.7 por ciento en la entidad, un incremento respecto al 91.9 por ciento registrado en 2023.
Este aumento genera preocupación en especialistas y ciudadanos, ya que pone en evidencia la falta de confianza en las instituciones encargadas de procurar justicia. Al mismo tiempo, refleja cómo delitos de alto impacto como la extorsión continúan creciendo sin que exista una respuesta contundente del aparato gubernamental para combatirlos.
Extorsión, el delito menos denunciado
El panorama es alarmante. En Nuevo León, el 96.9 por ciento de los casos de extorsión no se reportan, convirtiéndose en el delito con mayor cifra negra. A nivel nacional, la situación no es muy diferente, pues el porcentaje alcanzó el 97 por ciento en el mismo periodo. Este fenómeno habla de un profundo temor por parte de la ciudadanía: muchos afectados deciden guardar silencio ante amenazas directas o por la percepción de que denunciar no traerá consecuencias reales para los delincuentes.
Los datos también evidencian cómo otros delitos sufren de una preocupante falta de denuncias. Por ejemplo, el robo total o parcial de vehículo presenta una cifra negra de 87.8 por ciento en el estado, mientras que el robo a casa habitación alcanzó el 80.3 por ciento. El robo o asalto en la vía pública o transporte llegó al 73.9 por ciento, y el robo en otras modalidades a 89.4 por ciento.
La falta de denuncias no solo refleja miedo, sino también desgaste social. Cada vez más ciudadanos perciben que los procesos son largos, engorrosos y, en muchos casos, infructuosos. Este círculo vicioso fortalece la impunidad y deja a la extorsión y otros delitos con un terreno fértil para seguir afectando a miles de familias.
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— MVS Noticias Mty (@MVSNoticiasMty) September 18, 2025
Un aumento que preocupa a la ciudadanía
Si se observan los números en perspectiva histórica, la situación no es nueva, pero sí inquietante. Desde 2010, la cifra negra en Nuevo León ha fluctuado entre 91 y 95 por ciento. El pico más alto se dio precisamente en 2010 con un 94.9 por ciento, mientras que el más bajo se registró en 2018 con 91.6 por ciento.
El repunte registrado en 2024 hasta llegar al 92.7 por ciento revive las preocupaciones sobre el rumbo de la seguridad y la confianza ciudadana en las autoridades. Mientras que a nivel nacional la cifra negra subió apenas 0.3 puntos porcentuales, en Nuevo León el alza fue mayor, con 0.8 puntos en un solo año.
La diferencia puede parecer pequeña en números, pero en términos reales significa miles de delitos que nunca llegan a convertirse en carpetas de investigación. La extorsión, los fraudes y los robos siguen afectando el día a día de los ciudadanos, sin que se logre un cambio significativo en la cultura de la denuncia ni en la capacidad de respuesta de las instituciones de justicia.
Impacto en fraudes, extorsión y otros delitos
El informe del INEGI también expone que el 95.9 por ciento de las víctimas de fraude en Nuevo León no acudió a las autoridades. Los casos de amenazas alcanzaron una cifra negra de 88.4 por ciento, mientras que las lesiones se ubicaron en 88.5 por ciento. Otros delitos diversos, agrupados bajo una categoría general, llegaron a un 96.6 por ciento.
Estos números son reveladores. Si bien la extorsión encabeza la lista como el delito con mayor impunidad, la tendencia se repite en prácticamente todas las conductas delictivas. El ciudadano común enfrenta una doble vulnerabilidad: primero por ser víctima de un delito, y después porque el sistema de justicia le ofrece pocas garantías de reparación o castigo para los responsables.
Este panorama explica por qué muchos afectados prefieren callar. El miedo a represalias, la desconfianza en el seguimiento de los casos y la percepción de corrupción en algunas áreas del sistema judicial son factores determinantes que mantienen la cifra negra en niveles tan altos.
Desafíos para revertir la desconfianza
Revertir esta situación no será tarea sencilla. Expertos en seguridad coinciden en que la solución no pasa únicamente por campañas que inviten a denunciar, sino por generar cambios estructurales que garanticen resultados tangibles para quienes se atreven a dar el paso. La ciudadanía necesita ver que al denunciar una extorsión o cualquier otro delito, los procesos avanzan y se logra detener a los responsables.
Además, se requieren protocolos que protejan a las víctimas de posibles represalias, especialmente en casos de extorsión, donde las amenazas suelen ser directas y constantes. De lo contrario, la percepción de riesgo seguirá ganando la partida frente a la voluntad de denunciar.
El reto para Nuevo León es doble: mejorar la eficacia del sistema de justicia y reconstruir la confianza ciudadana. Sin estos dos elementos, la cifra negra difícilmente bajará en los próximos años, y la entidad seguirá apareciendo en los primeros lugares de impunidad a nivel nacional.
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