En los últimos meses, la administración de Samuel García ha sumido a Nuevo León en una crisis de endeudamiento que ha levantado muchas alarmas sobre la estabilidad económica del estado. A pesar de las promesas de transformación, el gobierno estatal ha acumulado una deuda impresionante de 9,800 millones de pesos en tan solo un año, lo que ha dejado a los ciudadanos con la preocupación de cómo esta deuda afectará el futuro de la entidad. Este endeudamiento se ha materializado a través de 36 préstamos bancarios a corto plazo que han sido gestionados sin la autorización del Congreso estatal, lo que ha generado aún más dudas sobre la transparencia y la legalidad de estas acciones.
Un endeudamiento sin control
Entre marzo de 2024 y enero de 2025, el gobernador Samuel García solicitó una serie de préstamos a corto plazo a diversas instituciones bancarias, comprometiendo aún más las finanzas del estado. Con entidades como Banco Azteca, Banorte, BBVA, HSBC y Multiva involucradas, estos créditos oscilan entre los 100 y 740 millones de pesos. Si bien estos préstamos son a corto plazo, con un compromiso de pago en 12 meses, el monto total de deuda ahora asciende a 73,000 millones de pesos, una cifra alarmante que sigue creciendo debido a la falta de soluciones claras a la crisis financiera.
Además, estos préstamos no fueron sometidos al escrutinio del Congreso local, ya que no requieren autorización legislativa debido a su naturaleza a corto plazo. Esto ha provocado que algunos sectores cuestionen la falta de control sobre las finanzas públicas del estado y la posible falta de transparencia en la gestión del presupuesto.
La deuda crece, pero las obras siguen paralizadas
Mientras la deuda de Nuevo León sigue creciendo, las obras públicas que debían haber transformado la infraestructura del estado siguen detenidas o avanzando muy lentamente. Las construcciones que deberían haberse finalizado en 2024 permanecen en obra gris o con poco progreso, lo que demuestra la incapacidad del gobierno para invertir los recursos de manera eficiente y generar desarrollo en áreas clave para la población.
El gobierno de Samuel García se comprometió a mejorar las condiciones de infraestructura de Nuevo León, pero la falta de ejecución en proyectos importantes demuestra que, a pesar de los préstamos solicitados, no se ha logrado un avance significativo en estos rubros. La crisis de infraestructura persiste, afectando a miles de ciudadanos que aún esperan mejoras en el transporte, la vivienda y los servicios públicos.
Impacto del endeudamiento a largo plazo
La deuda de 9,800 millones de pesos contratada en tan solo un año no es un caso aislado. La administración de Samuel García ha aumentado significativamente el endeudamiento del estado, superando el nivel de deuda que dejó el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El Bronco”. Al final de su mandato, El Bronco dejó un saldo de 50,591 millones de pesos en deuda, mientras que la administración actual ha incrementado esta cifra en un 45%, alcanzando un total de 73,305 millones de pesos.
El incremento en el endeudamiento ha generado preocupaciones sobre la capacidad del estado para gestionar estas deudas a largo plazo. De acuerdo con la calificadora Moody’s, el aumento en los préstamos a corto plazo y la falta de refinanciación de deuda a largo plazo son señales de alerta que podrían afectar la calificación crediticia del estado y su capacidad de obtener financiamiento en el futuro.
Además, la Auditoría Superior de la Federación ha señalado que Nuevo León es una de las entidades más endeudadas del país, lo que coloca al estado en una posición vulnerable frente a futuros imprevistos económicos o sociales.
Preocupación por el futuro de las finanzas
El hecho de que el gobierno de Samuel García haya acumulado 22,714 millones de pesos adicionales en deuda desde que asumió el cargo plantea una gran incertidumbre sobre el futuro económico de Nuevo León. Con el actual nivel de endeudamiento, que ya supera los 73,000 millones de pesos, el estado se enfrenta a una situación financiera crítica que podría dificultar la capacidad del gobierno para financiar proyectos y servicios públicos esenciales.
Si bien el gobernador ha defendido su gestión y asegura que estos préstamos son necesarios para mantener la operatividad del gobierno, lo cierto es que los ciudadanos siguen sin ver mejoras sustanciales en la infraestructura y los servicios públicos, lo que genera dudas sobre si los recursos están siendo utilizados de manera eficiente.
Con el fin del mandato de Samuel García programado para octubre de 2027, la deuda acumulada podría seguir creciendo, lo que pondría a las futuras administraciones en una situación aún más complicada. El alto nivel de endeudamiento compromete el futuro económico del estado, y la falta de resultados concretos en términos de desarrollo económico y social deja en el aire la pregunta de si el sacrificio financiero realmente vale la pena.
¿Te gustaría conocer más sobre el impacto de la deuda en el estado? Lee el siguiente artículo.
En resumen, la administración de Samuel García ha aumentado la deuda de Nuevo León de manera significativa, sin lograr avances notables en infraestructura ni en la mejora de los servicios públicos. La deuda de 9,800 millones de pesos adquirida en 2024 es solo un ejemplo de un proceso que parece no tener fin. La situación financiera del estado es crítica, y las expectativas sobre el futuro económico de Nuevo León se ven cada vez más inciertas, especialmente cuando la gestión de la deuda parece estar fuera de control.
La deuda sigue creciendo, pero las obras siguen detenidas, y los ciudadanos de Nuevo León continúan esperando respuestas sobre cómo se abordarán estos problemas.
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