Las obras de las líneas 4 y 6 del Metro de Monterrey han generado una creciente preocupación entre los ciudadanos debido a la aparente falta de avances significativos y la escasa presencia de trabajadores en los distintos frentes de construcción. A pesar de las restricciones viales impuestas en diversas zonas de la ciudad, donde se están realizando trabajos para las nuevas rutas de transporte, muchos de los sitios de construcción parecen estar desiertos, lo que ha llevado a que estos proyectos sean considerados por algunos como “obras fantasmas”.
Desde que comenzaron los trabajos de construcción para la ampliación del sistema de transporte metropolitano, las expectativas sobre su progreso han ido en aumento. Sin embargo, en los recorridos realizados por el diario El Norte durante varios días, entre las 13:00 y las 15:00 horas, que es cuando, según los testimonios de trabajadores, se concentra la mayor parte del personal en la obra, se observó una alarmante escasez de actividad en los puntos clave. La falta de personal y el ritmo de avance mucho más lento de lo esperado se perciben como indicios de que el proyecto enfrenta dificultades que afectan tanto a la obra como a la movilidad de la ciudad.
Uno de los casos más evidentes se dio en la Prolongación Madero, entre Antonio I. Villarreal y Churubusco, donde no se detectó la presencia de ningún trabajador, a pesar de que en ese tramo aún existían restricciones viales y trabajos inconclusos. La obra de la Línea 6, que es uno de los proyectos más esperados, ha sido especialmente criticada por los residentes de la zona, quienes enfrentan complicaciones diarias debido a los cierres de calles y el avance lento de las obras. Mientras tanto, la ciudad sigue lidiando con los efectos del caos vial y la congestión derivada de la construcción de estas líneas.
Caída del ritmo de las obras en líneas del metro
En la misma Línea 6, pero en el tramo entre Churubusco y Avenida Larga Vista, se pudo observar algo de actividad, aunque la presencia de trabajadores era mucho menor a lo esperado. Según una fuente consultada, que prefirió permanecer en el anonimato, la plantilla laboral había disminuido en un 80 por ciento desde julio, lo que impactó gravemente en la velocidad de las obras.
De acuerdo con los testimonios de algunos trabajadores, muchos de ellos ya no están involucrados en las tareas principales de construcción. Solo aquellos que están directamente contratados por las constructoras siguen trabajando, y su labor se limita principalmente a tareas menores, como mantenimiento, vigilancia de equipos y actividades que no avanzan de manera sustancial.
Esta caída en el ritmo de los trabajos en las líneas 4 y 6 del Metro también ha sido reconocida por los constructores locales. El pasado 27 de septiembre, representantes del sector de la construcción en Nuevo León expresaron su preocupación por los retrasos y señalaron que los proyectos, especialmente las nuevas líneas del Metro, habían experimentado una desaceleración en su ritmo de ejecución de hasta un 80 por ciento. Los constructores atribuyen esta desaceleración a la falta de pago por parte de las autoridades correspondientes, lo que ha generado incertidumbre y ha afectado la continuidad de los trabajos.
A pesar de que el Secretario de Movilidad de Nuevo León, Hernán Villarreal, en una declaración reciente, intentó restar importancia a la situación, afirmando que la falta de recursos solo había impactado en algunos proyectos menores, como la Carretera Interserrana, los recorridos realizados por El Norte no mostraron evidencia de que la situación fuera distinta en las nuevas líneas del Metro.
En los sitios de construcción de la Línea 4 y Línea 6, la escasez de trabajadores era evidente, lo que contradice las declaraciones de las autoridades y refleja una realidad mucho más preocupante para los ciudadanos que esperan el avance de estas obras.
Caos vial y frustración ciudadana
Otro de los aspectos más críticos de la construcción de las nuevas líneas del Metro es el impacto que está teniendo en la circulación vehicular en el área metropolitana. Los cierres de carriles y las restricciones viales en puntos clave de la ciudad han generado un caos en el tráfico, afectando la movilidad de miles de personas que dependen del uso de las avenidas principales para trasladarse por Monterrey y sus alrededores.
Uno de los tramos más afectados por los cierres viales es la Avenida Constitución, donde se está llevando a cabo la construcción de la Línea 4. En este caso, aunque se podía ver a algunos trabajadores en el área, la cantidad de personal presente era mínima. Entre las avenidas Revolución y Gonzalitos, por ejemplo, solo se contabilizaron 45 trabajadores en su mayoría caminando o descansando, sin realizar tareas que se consideraran de gran avance.
El único tramo donde se pudo observar una actividad más intensa fue a la altura del monumento de la Virgen de Guadalupe, en el sector Obispado, donde se estaban realizando excavaciones. Sin embargo, a pesar de estos trabajos, la percepción general entre los ciudadanos es que el progreso de la obra es mucho más lento de lo esperado y que la construcción no está cumpliendo con los plazos establecidos.
La falta de avances en las obras de las líneas 4 y 6 ha generado una creciente frustración entre los habitantes de Monterrey, quienes no solo están soportando las dificultades del tráfico y las restricciones viales, sino que también se enfrentan a la incertidumbre de no saber cuándo terminarán los trabajos y si estas nuevas líneas realmente mejorarán el servicio de transporte público en la ciudad.
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