Lo que debería haber sido un periodo de descanso, reflexión y convivencia familiar, se convirtió en una de las semanas más trágicas del año para Nuevo León. La Semana Santa 2025 culminó con un saldo alarmante de 52 personas fallecidas en distintos hechos registrados en la zona metropolitana. La violencia armada, los accidentes viales y otros sucesos fatales marcaron estos días sagrados con una intensidad que superó por amplio margen la de años anteriores.
De acuerdo con reportes recopilados durante los ocho días del periodo vacacional —del sábado 12 al domingo 20 de abril—, se contabilizaron 34 homicidios, 14 muertes por accidentes vehiculares y 4 fallecimientos por otras causas, como ahogamientos y hechos no violentos. Esta cifra representa un aumento del 126% respecto al mismo periodo en 2024, lo que evidencia un fuerte repunte en la inseguridad y los riesgos durante temporadas de alta movilidad.
El Viernes Santo, tradicionalmente una de las fechas más solemnes en el calendario católico, fue también la más sangrienta: solo ese día se registraron 17 muertes. Entre balaceras, cuerpos abandonados y siniestros viales, la jornada se convirtió en el pico de una crisis que ya venía escalando desde días antes. La mayoría de los hechos se concentraron en municipios del área metropolitana como Monterrey, Guadalupe, San Nicolás, Escobedo y Apodaca.
Homicidios en aumento preocupan
El componente más alarmante del recuento es, sin duda, el número de asesinatos cometidos durante estos días. Con 34 homicidios dolosos en apenas una semana, el estado enfrentó una escalada que supera incluso cifras registradas durante meses enteros en años pasados. Las víctimas fueron en su mayoría hombres jóvenes, y en varios casos los ataques ocurrieron en vía pública, incluso durante el día.
Algunos de los homicidios fueron ejecutados con violencia extrema: cuerpos encontrados con señales de tortura, víctimas baleadas en calles transitadas o dentro de domicilios. En varios puntos de la ciudad, los vecinos reportaron haber escuchado ráfagas de armas largas, lo que generó temor y un ambiente de tensión en zonas residenciales y comerciales.
Los municipios más afectados fueron Monterrey, Guadalupe, Apodaca y Escobedo, aunque también se reportaron casos en otras localidades como Juárez y García. En algunos episodios, los agresores actuaron con total impunidad, huyendo sin ser detenidos. Hasta el momento, las autoridades estatales no han emitido un informe detallado sobre el origen de los hechos ni el avance en las investigaciones.
Además, la ciudadanía ha expresado preocupación por la falta de reacción efectiva de las corporaciones de seguridad ante los constantes episodios de violencia. A través de redes sociales, muchos cuestionaron el silencio del gobierno estatal y la aparente falta de estrategia para contener el aumento de los homicidios.
Repunte de Homicidios en Marzo en Nuevo León
El repunte de homicidios en Nuevo León ha generado preocupación entre la ciudadanía, especialmente debido a las cifras oficiales que, a pesar de ser presentadas por el gobierno estatal como un indicio de control, muestran una realidad muy diferente en las calles. En el mes de marzo, la violencia en la entidad alcanzó niveles alarmantes, con un aumento significativo en los homicidios en comparación con el mes anterior. A pesar de los intentos del gobierno por comunicar que los crímenes están siendo contenidos, las cifras indican lo contrario.
Las autoridades han repetido de manera constante que la violencia está disminuyendo, pero los números de homicidios no parecen coincidir con esa narrativa. Durante el mes de marzo, Nuevo León registró 87 asesinatos, lo que representa un aumento del 27% en comparación con los 64 homicidios de febrero. Este incremento, junto con una tasa diaria de muertes violentas que subió de 2.2 a 2.8, refleja una situación preocupante que podría estar fuera de control. El gobierno estatal sigue asegurando que el crimen está “contenido”, pero las estadísticas oficiales parecen contradecir esta afirmación.

Aumento alarmante de homicidios en marzo
El mes de marzo de 2025 se destacó por ser uno de los más violentos en Nuevo León, con un aumento considerable en el número de homicidios. En total, se registraron 87 asesinatos, lo que representa un incremento del 27% en comparación con los 64 crímenes ocurridos en febrero de ese mismo año. Este repunte es especialmente significativo si se considera que la tasa de homicidios pasó de un promedio de 2.2 casos diarios en febrero a 2.8 en marzo, un aumento preocupante que no solo refleja el impacto de la violencia, sino también las dificultades de las autoridades para contenerla.
El hecho de que marzo haya cerrado como el mes más violento del año hasta la fecha genera dudas sobre la efectividad de las políticas de seguridad del gobierno. Aunque las autoridades siguen destacando la baja de homicidios en el primer trimestre del 2025, los números en marzo muestran una tendencia ascendente que no puede ser ignorada. Este aumento de asesinatos ha dejado una sensación de inseguridad en la población, especialmente en aquellos sectores donde la violencia ha aumentado de manera más marcada.
Nuevo León encabezó lista de homicidios a nivel nacional
La situación en Nuevo León se agravó aún más el 22 de marzo, cuando el estado se posicionó como el de mayor número de homicidios en todo México. Según cifras oficiales, ese día, Nuevo León lideró la lista de crímenes a nivel nacional, lo que despertó aún más la alarma tanto entre la ciudadanía como entre los expertos en seguridad. Este dato refuerza la idea de que la violencia en el estado está fuera de control, a pesar de los esfuerzos del gobierno por presentar una imagen de normalidad.
El hecho de que el estado haya encabezado la lista de homicidios a nivel nacional resalta la magnitud del problema. Si bien las autoridades locales intentan transmitir que la situación está siendo controlada, las cifras apuntan a que la violencia sigue aumentando, sin una clara solución a la vista. El repunte de homicidios, junto con la falta de medidas concretas para frenar la violencia, ha generado una creciente desconfianza entre los ciudadanos.
El impacto de este aumento en los homicidios es especialmente relevante para aquellos que viven en zonas más afectadas por la violencia. Las calles y los vecindarios de Nuevo León se han convertido en espacios inseguros, donde los habitantes sienten que el gobierno no está haciendo lo suficiente para protegerlos. La situación está afectando directamente la calidad de vida de los ciudadanos, quienes viven con el temor constante de ser víctimas de la violencia.
El gobierno asegura que los crímenes están “contenidos”
A pesar de los números alarmantes, el Secretario de Seguridad de Nuevo León ha insistido en que los crímenes están siendo contenidos y que la violencia va a la baja. Según su versión, las autoridades han tomado las medidas necesarias para reducir el número de homicidios, y las cifras de marzo no reflejan un aumento preocupante. El funcionario aseguró que, aunque el número de homicidios ha aumentado en comparación con febrero, la tendencia general sigue siendo a la baja, y la situación está bajo control.
Sin embargo, este discurso oficial choca directamente con la realidad que viven los habitantes de Nuevo León. Mientras las autoridades aseguran que los homicidios están siendo controlados, la población experimenta a diario los efectos de una violencia creciente. La percepción de inseguridad es palpable, y muchos ciudadanos cuestionan la veracidad de las declaraciones oficiales, especialmente cuando las cifras oficiales muestran un claro repunte en los homicidios.
Esta disparidad entre las declaraciones del gobierno y la realidad en las calles ha generado desconfianza. Los habitantes de Nuevo León sienten que la situación de inseguridad está siendo minimizada, y muchos exigen acciones más concretas para garantizar su seguridad. La percepción de que el gobierno no está abordando adecuadamente la violencia ha alimentado un clima de frustración e impotencia entre los ciudadanos.
El aumento de homicidios en marzo refleja una tendencia que preocupa cada vez más a la población de Nuevo León. Las autoridades deben tomar medidas más efectivas para frenar la violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Sin embargo, mientras el gobierno insiste en que la situación está controlada, los números continúan mostrando lo contrario. La ciudadanía sigue esperando respuestas claras y acciones concretas para enfrentar el crimen de manera efectiva.
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