Juan Pulido Díaz, Secretario del Ayuntamiento de Linares, fue asesinado en plena vía pública y bajo el lente de tres cámaras de seguridad, sin que hasta ahora existan respuestas claras por parte de las autoridades. El crimen ha sacudido al municipio y expone, una vez más, la falta de atención y ausencia de acciones efectivas del Gobierno estatal en los municipios rurales de Nuevo León.
Aunque Pulido era el segundo al mando en la administración local, su muerte fue tratada como un dato más en la creciente lista de homicidios violentos que ocurren fuera del radar mediático del Área Metropolitana. Mientras en Monterrey se presume blindaje y progreso, en Linares impera la incertidumbre, el miedo y la falta de respaldo institucional.
La ejecución de Pulido no solo evidencia un fallo en el sistema de seguridad, también reafirma lo que los ciudadanos de Linares ya sabían: están solos.
Ataque directo y sin reacción
El sábado 31 de mayo, alrededor de las 16:20 horas, un sujeto en motocicleta llegó a la vivienda de Pulido, ubicada en la calle Pablo Salce, y tras hacerlo salir de su casa, le disparó al menos tres veces antes de huir. La escena fue registrada por tres cámaras de seguridad, cuyas grabaciones están ahora en manos de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León.
La ejecución se realizó en el centro del municipio, una zona transitada, lo que hace aún más alarmante la facilidad con la que se cometió el crimen. Dos de las cámaras estaban enfocadas directamente al lugar del ataque. Sin embargo, hasta ahora no se ha informado de detenidos ni de avances significativos en la investigación.
La víctima, figura clave en el gobierno local, era cercano al alcalde Gerardo Guzmán, quien evitó dar declaraciones a medios y se limitó a publicar un breve video pidiendo respeto por el proceso de investigación y ofreciendo colaboración institucional.
🔥 Ejecución y posterior enfrentamiento entre criminales y Fuerza Civil apoyada por SEDENA, deja al menos un detenido en Colonia Tepeyac de Linares.
— Jesús Rubén Peña (@revistacodigo21) June 9, 2025
En ese momento había misa de cuerpo presente de Secretario de Ayuntamiento, Juan Pulido, asesinado el sábado en poblado.#NuevoLeón pic.twitter.com/P45DbmCpsy
Estado ausente, violencia presente en Linares
A pesar de la gravedad del asesinato, la reacción del Gobierno estatal ha sido nula. Ningún funcionario de alto nivel ha visitado el municipio ni se ha anunciado algún operativo especial de seguridad. El silencio institucional ha sido interpretado por muchos como un signo de abandono.
Martín Santos Torres, presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad, fue claro en su llamado: pidió que el Estado, a través de Fuerza Civil, tome control temporal de la seguridad en Linares, dada la evidente incapacidad operativa de la policía municipal para enfrentar delitos de alto impacto.
“Si no hay una intervención inmediata, la situación solo va a empeorar”, advirtió.
El velorio de Juan Pulido se realizó bajo vigilancia discreta en una funeraria local, mientras la ciudadanía espera respuestas. La escena es símbolo de un municipio que vive entre el miedo y el abandono.
Municipios del sur, sin protección
El caso de Linares se suma a una serie de episodios violentos registrados en municipios del sur de Nuevo León, como Rayones, Galeana y Doctor Arroyo, donde el crimen organizado ha ganado terreno ante la falta de presencia estatal.
Pese a los discursos optimistas sobre seguridad, los hechos revelan otra realidad: zonas rurales fuera del mapa. Las patrullas estatales escasean, las policías locales no tienen equipo suficiente, y los recursos se concentran en los proyectos metropolitanos.
Mientras tanto, los habitantes de Linares viven con temor, sin certeza de si serán los próximos en ser alcanzados por la violencia. El asesinato de un alto funcionario debería haber activado todos los protocolos posibles; sin embargo, la respuesta fue tibia, burocrática y sin compromisos concretos.
La administración estatal, encabezada por Samuel García, ha preferido voltear hacia otros temas antes que enfrentar con decisión los retos de seguridad en los municipios rurales. La ejecución de Pulido Díaz, lejos de ser una excepción, refleja un patrón de omisión y falta de presencia real en las regiones alejadas del poder.
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